domingo, 15 de mayo de 2011

No hubo 'temeridad' ni 'mala fe' alguna en la denuncia del Foro contra la Incineración respecto a las torres podridas de Unelco

Nota de la Redacción: Desde este sitio web no sólo felicitar al compañero Juan Jesús Afonso por esta buena noticia, es algo a veces insólito que se haga justicia, sino agradecerle el inmenso trabajo que durante muchos años ha realizado de manera anónima, paciente, sin aspavientos y de manera leal sin cuya labor los movimientos sociales en Canarias estarían bastante huérfanos. Intuyo que, como en este caso, el tiempo le acabará dando la razón en otros frentes que tiene abiertos.

Vía: Foro Contra la Incineración de Residuos


La Audiencia deja sólo 'provisionalmente' archivada la denuncia del Foro porque se podría reabrir el caso si aparecieran nuevas pruebas, lo cual no es descartable para nada.


Desestima radicalmente la imposición de costas que le impuso a Juan Jesús González un juzgado de Güímar.


Pdf del auto


Publicado en el Foro Contra la Incineración de Residuos el 30 de noviembre de 2005. Creative Commos Reconocimiento / No Comercial / Sin Obras Derivadas




El 16 de noviembre del año 2007 Unelco-Endesa remitió a todos los medios de comunicación de Canarias un delirante comunicado donde literalmente se nos crucificaba en base a una no menos delirante sentencia de un juez de Güímar que afortunadamente, y pese a que ningún medio de comunicación hizo referencia a ese detalle porque no contrastaron nada con nosotros, era perfectamente recurrible a instancias superiores. Y el caso es que la justicia es lenta, ¡más lenta que el demonio para algunas cosas!, pero en el día de hoy (viernes 13 de mayo de 2011 y por tanto tres años y medio después) nos ha llegado el demoledor auto de la Audiencia Provincial que ratifica todos y cada uno de los argumentos que expresamos en nuestro recurso y que elaboramos con la inestimable y desinteresada ayuda de nuestro compañero de tantas luchas Pedro Fernández Arcila. Y, por qué no decirlo, gracias también al ánimo y el apoyo que nos ofrecieron en su momento multitud de colectivos, personas particulares y medios alternativos de la red.

Y yo no sé, ni me interesa, si el tal juez de Güímar que se llama Evaristo González González se pondrá colorado por estas cosas o si para él es normal que las instancias superiores le enmienden la plana de esta forma tan asombrosa, pero al mismo tiempo tan sensata, ante el auto por el que pretendió condenarnos en costas y donde nos llamó 'temerarios' y personas de 'mala fe' y, pareciéndole poco con eso, llegó a afirmar sin rubor alguno que las líneas de alta tensión no se pueden considerar como 'infraestructuras' y que, por tanto, la falta de mantenimiento de éstas no entraban en la tipología penal que establece el Código Penal en su artículo 350. ¡Verdaderamente impresionante!

Pues bien, la Audiencia Provincial -en un auto verdaderamente demoledor- echa todo eso por tierra. ¡Claro que las torres de alta tensión son 'infraestructuras' aunque no se mencionen expresamente en el 350! ¡Claro que no es temerario ni obra de mala fe el ciudadano que tiene conocimiento de un posible delito y lo pone en conocimiento del juez! Y no sólo eso, que parecieran cosas de perogrullo en un sistema democrático póngase como se ponga don Evaristo (que nos condenó sin siquiera escucharnos frente a los de Unelco a los que sí que escuchó), sino que ¡no archiva definitivamente nuestra denuncia a la espera de que puedan aparecer nuevas pruebas!

Y que el tema se pueda reabrir, lo sé, es bastante complejo porque hay que decir que Unelco-Endesa y su poder fueron capaces con motivo de la Tormenta Deltas de llevar a cabo una estrategia de defensa millonaria que les llevó hasta a inventarse un 'instituto meteorológico' que defendiera que las torres no se cayeron porque estaban podridas sino por unos huracanes horribles que dejaron intactos muchos invernaderos frente a los retorcidos hierros podridos y que no causaron ni una sola víctima. Pero todos sabemos que, en este punto, la justicia no responde a la lógica sino a carísimos informes y peritajes que no están al alcance de los ciudadanos aunque sí de las administraciones que en lo que a Unelco se refiere habitualmente tiene la costumbre de mirar para otro lado. Aunque yo no entiendo, eso sí, cómo el Gobierno de Canarias dice que abrió expediente a Unelco por el estado de podredumbre de las torres y, al mismo tiempo, no hay forma ni humana ni divina de aplicarles el artículo 350 del Código Penal que hace referencia a la obligación de mantener en condiciones nuestra infraestructuras básicas.

En fin, que en el terreno judicial el asunto no está cerrado, pero en lo personal y en cuanto a la amenaza que suponía para nosotros la condena del juez de Güímar sí que está zanjado el tema por completo. Hemos pedido a La Opinión y a El Día(lo seguiremos haciendo con los demás) que rectifiquen sus respectivos artículos del 2007 donde no hicieron referencia alguna a nuestro recurso porque ni nos consultaron, atendiendo sólo al impresentable comunicado de Unelco-Endesa que nos la tenía jurada desde que hicimos públicas las fotos de las torres podridas que cayeron como palillos con la tormenta Delta y que dieron la vuelta al mundo y que aún hoy son sin la más mínima duda el artículo, o la entrada de internet, más vista de la historia de la red de redes en Canarias. De ahí tanto odio y tanto ensañamiento en ese comunicado del 2007 que hoy en día ha convertido en papel mojado el contundente auto de la Audiencia provincial.

Por nuestra parte nada más, a nosotros nos tranquiliza sólo un poco que los mecanismos judiciales hayan puesto las cosas en su lugar después de mucho tiempo. En nuestro caso hemos encontrado ayuda, como fue la del abogado Pedro Fernández Arcila, y hemos podido defendernos de la terrible amenaza que para nosotros y nuestras familias representó la infundada condena en costas del juez de Güímar sólo con una aportación económica, relativamente pequeña, para procuradores y demás (¿por qué no puedo reclamarle eso a don Evaristo?). ¿Pero qué hubiera sido de alguien que se hubiera creído las cosas terribles que dijo este juez tan alegremente de nosotros o no tuviera ni recursos ni abogados honestos dispuestos a ir hasta el final en un tema como éste? ¿Puede uno confiar en este sistema judicial cuando te puedes ver envuelto en berenjenales de esta naturaleza por poner en práctica el derecho ¡Y EL DEBER! ciudadano de denuncia? Yo sigo teniendo mis dudas al respecto junto a nuestra gran satisfacción por el desenlace, aún provisional, de este rocambolesco episodio.

Gracias a todos.

Juan Jesús González Afonso