jueves, 10 de junio de 2010

Nos patean en el culo


Juan García Luján
El Parlamento canario aprobó ayer, sin pena ni gloria, la Ley de Participación Ciudadana. El presidente Paulino Rivero se había comprometido en su discurso de investidura a llevar al Parlamento canario esta ley durante el primer año de legislatura. Quería Rivero darle protagonismo al trabajo que había realizado su señora esposa cuando Adán Martín la contrató en Presidencia del gobierno después de sus diferencias con Ana Oramas en La Laguna, donde trabajó como jefa de gabinete de la alcaldesa. Ángela Mena coordinó los preparativos de la ley que ayer defendió en el Parlamento ¡el consejero de Obras Públicas!

Así son las cosas en Bananaria. Los mismos partidos que esta legislatura enterraron una iniciativa legislativa popular que llegó al Parlamento con el respaldo de 50.000 ciudadanos, una iniciativa que pedía la protección para la costa sur de Tenerife y que ni siquiera fue debatida por sus señorías. La reacción de CC y PP a ese movimiento de la sociedad civil, a ese ejercicio democrático de participación ciudadana fue tirar a la basura la iniciativa sin admitirla a trámite. Los ecologistas reaccionaron acudiendo al poder judicial, y denunciaron la violación de la legislación ambiental por parte de los promotores del Puerto de Granadilla. El Tribunal Superior de Justicia de Canaria pensó que los ecologistas podían tener razón, y los jueces ordenaron la paralización de las obras.

El siguiente capítulo todos lo conocemos. Estos apologetas de la participación ciudadana hicieron una ley especial para poder comenzar las obras del inútil macropuerto de Granadilla. La ley del Catálogo de Especies de Canarias fue en realidad una ley de desprotección de las especies que ha sido denunciada por las principales organizaciones ecologistas españolas e internacionales ante el Defensor del Pueblo de España. Según Greenpeace el bodrio-catálogo de CC y PP es uno de los mayores atentados al medioambiente que se ha producido en España en los últimos tiempos, dicen los ecologistas que “no sólo no se están protegiendo los mares sino que además se está persiguiendo duramente a los que los defienden".

Por eso ayer el Parlamento canario volvió a convertirse en un gran teatro. Los portavoces de CC y PP se apuntaron a defensores de la democracia y la participación ciudadana. Los mismitos que mantienen un régimen político que intenta controlar los medios de comunicación con la publicidad institucional, los mismitos que desprecian las iniciativas legislativas populares, que ignoran a la comunidad científica, que ni siquiera tienen en cuenta la opinión de sus propios técnicos y suelen encargar informes especiales a empresas privadas para justificar sus barbaridades legislativas, los mismitos que mantienen el actual sistema electoral antidemocrático, los mismitos que ignoran las voces críticas en los medios de comunicación públicos, los mismitos que mantienen y subvencionan canales de TDT que obtuvieron licencias que los tribunales consideran ilegales, los mismitos que nos han convertido en una república bananera se apuntaron ayer a defensores de la participación ciudadana.

La casualidad ha hecho que la Ley de Participación Ciudadana se haya aprobado el mismo día que entró en vigor la Ley del Catalogo de Especies. Mientras Barac Obama pregunta a los afectados por la contaminación del petróleo de BP que “¿a quién hay que patear en el culo?” para frenar el vertido de petróleo. Aquí, nuestros mandamases hacen leyes especiales para los empresarios que patrocinan sus campañas electorales y destrozan nuestra biodiversidad. En Canarias estos defensores de la democracia por un día se aliaron con los que destrozan nuestra biodiversidad para patearnos en el culo a todos.