viernes, 17 de septiembre de 2010

El descontrol se adueña de Alegranza por la falta de vigilancia de su riqueza natural

Vía: laprovincia.es
SEO BirdLife alerta del expolio de nueve nidos de pardela cenicienta y del marisqueo y la pesca ilegal
Adena dice que ha renunciado a su campaña de verano porque los dueños amenazan con denuncias

Una de las grandes joyas naturales de Canarias y España está siendo tratada como si de un trapo sucio se tratara, según las críticas de dos organizaciones ecologistas de peso como SEO BirdLife y WWF Adena, que coincidieron ayer en la denuncia de la falta de vigilancia que sufre el islote de Alegranza, integrado en el Parque Natural del Archipiélago Chinijo. Según aseguró ayer la primera de las entidades, este desamparo está provocando el desembarco incontrolado en este paraje protegido y prácticas ilegales en la zona como la caza de pardelas cenicientas, el marisqueo y la pesca submarina. 

El islote, el de mayor tamaño en el Archipiélago Chinijo tras La Graciosa, acoge la segunda mayor colonia mundial de pardela cenicienta, declarada especie vulnerable en el Libro Rojo de las Aves de España. Las labores de vigilancia las realizan en principio las embarcaciones de la Reserva Marina y de la Consejería de Medio Ambiente del Cabildo, aunque según Adena no son suficientes. 

Además, este año los voluntarios de Adena no han podido realizar la campaña de vigilancia durante el verano -cuando se reproducen y crían las aves- al ser avisados por parte de los dueños de que serían denunciados por invadir una propiedad privada, según fuentes de la propia organización ecologista. Los propietarios se agarrarían, entre otros argumentos, a la sentencia que reconoce el posible derecho a indemnizaciones.

SEO BirdLife tiene constancia del expolio de un mínimo de nueve nidos o huras de pardela cenicienta en este islote. Estos nidos estaban siendo estudiados y en ellos se estaba llevando a cabo el marcaje con emisores GPS de varias parejas reproductoras de pardela cenicienta. Los pollos desaparecieron de sus huras quedando solo restos de "regurgitaciones de alimento de algunos de ellos, así como numerosas huellas de calzado y una hura pisoteada y destruida", según la denuncia. 


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