José M. Balbuena
Con motivo de celebrarse en 2010 el Año Internacional de la Biodiversidad, un grupo de actores españoles se han manifestado en contra del proyecto promovido por el gobierno de Canarias donde se deja fuera de protección a más de 200 especies autóctonas, despreciando la opinión de la comunidad científica y, por supuesto de los ecologistas y demás personas sensibilizadas en estas cuestiones.
Estos actores, defensores de la naturaleza, exigen la retirada de la propuesta de ley del nuevo catálogo de especies amenazadas Los actores afirman que” el archipiélago canario es el lugar de Europa con mayor biodiversidad” y, por tanto, “debe protegerse”. Afirman que frenar la pérdida de especies es uno de los grandes retos con los que se enfrenta la humanidad. Como sabemos se trata una proposición de ley que descatalogaría más de la mitad de las especies protegidas de flora y fauna de esta archipiélago. O sea, 227 especies se quedarán desprotegidas, mercad a esta nueva parida de los que rigen las islas en estos momentos, que los canarios no debemos permitir. Además, a 131 especies se les rebajaría de categoría y 94 quedarían en una categoría de dudosa protección.
El nuevo catálogo de especies protegidas contradice al existente en el ámbito nacional, como ya se ha informado en diversas ocasiones. Como ya advertía antes, la citada proposición de ley cuenta con la oposición de la comunidad científica de Canarias, a la que se están agregando otros científicos y grupos y asociaciones ecologistas y proteccionistas, tanto nacionales como extranjeros. ¿Persistirán nuestros gobernantes insulares en la defensa de tamaña barbaridad, oponiéndose a quienes entienden más que ellos de estas cuestiones?
“Solicitamos la retirada de la propuesta de ley del nuevo catálogo de especies amenazadas de Canarias, y abogamos por otro con rigor científico y participación ciudadana, porque el medio ambiente es patrimonio de todos”, manifiestan estos actores.
Todos se muestran partidarios de la protección de la biodiversidad, que en otras zonas del planeta no se están respetando y que conducen, no sólo a la desaparición de esas especies, sino a otros problemas irreversibles: desforestación, desertización, irracional planificación para obtener terrenos de cultivo, o para la cría de ganado, e incluso de una urbanismo poco inteligente, a la contaminación, etc. acciones que se realizan, la mayoría de las veces con el consentimiento de las instituciones políticas locales o regionales, o de los propios gobiernos de algunos países.
Los actores que se han sumado a la protesta y se oponen al nuevo catálogo de especies amenazadas de Canarias son: Esther Rives, Pilar Castro, Maribel Salas, María Castro, Gorka Otxoa, Leandro Rivera, Canco Rodríguez, José Troncoso, Alejandro Cabo, Mariam Hernández, Carmen Ruiz, Aroa Jimeno, Maribel Ripoll, Pedro Churruca y Elisa Lledó,
Este tipo de comportamientos demuestran, una vez más, que algunos de nuestros políticos, son insensibles a la protección de nuestro medio ambiente y biodiversidad, y miran más hacia otras cuestiones que tienen más que ver con los intereses de sus amigos, o de sus bolsillos. Quieren conseguir sus propios objetivos sin tener en cuenta los medios, y mucho menos la opinión popular y científica, lo cual puede calificarse de maquiavélico. Ya nos tienen habituados a estas martingalas, pero afortunadamente, parece que cada vez los ciudadanos toman más conciencia de que esta no es forma de desarrollar una verdadera democracia.
Esperemos que el pueblo canario no permita en esta ocasión tamaño dislate y se oponga a lo que pretende el gobierno de Canarias, basándose en la pinza disparatada y dictatorial que conforma el gobierno regional actual y su mayoría en el Parlamento, a los que, por lo que se ve, importan poco nuestros intereses, nuestros asuntos, nuestros problemas y, además, todo aquello que tiene que ver con la conservación de la naturaleza y el medio ambiente. Si ellos dan mal ejemplo, habrá que demostrarles que los demás si estamos por la defensa de lo nuestro, y no se trata, por tanto, de protestas de grupos ecologistas, como Green Peace, o Ben Magec, o cualquier otro impuesto desde fuera. Estamos defendiendo lo que la naturaleza nos ha concedido y que personas, bien ignorantes y al mismo tiempo osadas, o, simplemente, sin escrúpulos, nos quieren arrebatar. Se puede recurrir a manifestaciones contra este tipo de proyectos, incluso a través de firmas e iniciativas populares enviadas al Parlamento de Canarias y al europeo. Está visto que este gobierno acierta a veces cuando da marcha atrás en sus empecinamientos y dislates, y rectifica, como ha ocurrido ahora con el contencioso que tiene en temas relacionados con Educación, donde ha habido una irracional confrontación.
Si seguimos como vamos, habrá que crear alguna asociación que nos proteja de esta clase de políticos que con sus actuaciones no nos conducen a ninguna parte.