Rubén Barone Tosco (Naturalista)
Hay plantas que llaman la atención por su carácter críptico, poco llamativo a priori debido a su ínfimo tamaño y a su crecimiento anual provocado solo por lluvias relativamente intensas, como ha ocurrido este año en el sur de Tenerife. Estamos hablando de la “lenguaserpiente foliosa”, cuyo nombre científico es Ophioglossum polyphyllum, una especie incluida entre los pteridófitos o helechos y afines.
Vista parcial de una población de lenguaserpiente foliosa en el sur de Tenerife. (Foto: Rubén Barone, Creative Commons Reconocimeinto / No Comercial / Sin Obras Derivadas).
Esta planta presenta una distribución mundial más o menos amplia, que incluye varios países mediterráneos y tropicales de África, Portugal, los archipiélagos atlánticos de Canarias y Cabo Verde, la península arábiga, Afganistán y la India. En nuestro archipiélago aparece de manera dispersa en las islas de El Hierro, La Palma, Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote, no descartándose su existencia igualmente en La Gomera, donde es muy posible que haya pasado desapercibida.
Su forma de crecimiento es muy curiosa, como puede verse en las fotografías adjuntas, ya que, aparte de una o dos “hojas” o frondes que parten de la base de la planta, sus órganos sexuales (esporas) están contenidos en estructuras que tienen forma de lengua de serpiente, de ahí su nombre vulgar. Además, al tratarse de una especie perenne que se seca en su parte superficial en pocos meses (lo que se llama en Botánica un "geófito"), tiene un ciclo de vida corto condicionado por las precipitaciones. Así, en Canarias suele aparecer entre el invierno y el comienzo de la primavera, normalmente formando grupitos de unas pocas decenas. Si el año se presenta seco no puede volver a crecer, quedando latentes sus rizomas hasta otra temporada con mejores condiciones pluviométricas.Su hábitat está constituido básicamente por ambientes áridos y semiáridos de zonas bajas, en los que se desarrolla siempre donde hay una capa de arena superficial o semiprofunda, ya sea en terrenos llanos o en pequeños barrancos con lecho arenoso. En estos momentos, tras las intensas lluvias caídas en la generalidad del archipiélago, podemos encontrarlo, por ejemplo, en ciertas zonas del sur de Tenerife, tal y como muestran las fotografías anexas, tomadas en las inmediaciones de El Médano. No es una especie abundante, ni mucho menos, y las poblaciones conocidas están distribuidas de forma muy dispersa, aunque en algunos casos pueden aparecer núcleos importantes con muchas decenas de individuos.
La “lenguaserpiente foliosa” está protegida legalmente por el Catálogo de Especies Amenazadas de Canarias, vigente desde el año 2001, dentro de la categoría “De interés especial”. Aparte de ello, figura en el Anexo II de la Directiva Hábitats europea. Teniendo en cuenta que las poblaciones canarias de este helecho tan extraño se encuentran en el límite occidental de su distribución mundial, junto con las islas de Cabo Verde, que no es muy común y que suele crecer a menudo en zonas situadas fuera de espacios naturales protegidos, es injusta a todas luces su catalogación como “De interés para los ecosistemas canarios”, tal y como pretende hacer el grupo parlamentario de CC con la nueva propuesta de Catálogo Canario de Especies Protegidas. De esa forma quedarían totalmente desprotegidos núcleos de ejemplares como el fotografiado por nosotros, encontrado cerca de la Reserva Natural Especial de Montaña Roja y situado fuera de la misma por poco, ya que la citada categoría solo protege a las especies dentro de los espacios naturales. ¿Es ésta una buena forma de conservar la biodiversidad canaria? Muchas personas de estas islas creemos que no…
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