domingo, 31 de enero de 2010

Crimen en Lanzarote

Vía: www.canariasahora.es
Juan García Luján. 28/01/2010
Corría el año 1880. Gabino Medina trabajaba en las salinas de los Cerdeña. Gabino era un hombre emprendedor, y decidió establecerse por su cuenta. Gabino compraba la sal a los Cerdeña, la llevaba en camello al Berrugo y allí la ponía a la venta en unos almacenes. La cosa funcionó y años después Gabino y Ginés Díaz decidieron asociarse y montaron las salinas de Berrugo. Gabino ponía los terrenos que tenía en la zona y Ginés aportaba el capital para arrancar el negocio.

Haciendo honor a su nombre, la sal sirvió para ganar el salario a decenas de familias durante varias décadas. Gabino y su esposa pudieron sacar adelante a sus diez hijos. Entre ellos Santiago Medina, uno de los ecologistas decanos de Canarias. Cuando Santiago se crió en aquellas chozas de Berrugo (con 5 años cuidaba las cabras mientras sus hermanos echaban una mano en las salinas), nunca imaginó que algún día vendrían unos señores con 6500 kilos de goma 2 para destrozar la playa, los restos arqueológicos y un paraje natural. Esta noche Juan Francisco Rosa, imputado en el caso Unión, podrá celebrar en su bodega junto a los otros promotores del Puerto Rubicón su primera victoria judicial: la familia de Santiago Medina será desalojada de las casas que han habitado durante más de un siglo.

El presidente del grupo ecologista El Guincho, Santiago Medina, salió en las portadas de los periódicos madrileños hace 2 años. En su casa había puesto “Si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos perdidos”. El slogan le gustó mucho al presidente del Real Madrid que lo puso en el vestuario. El Real Madrid gana copas mientras en Lanzarote las copas de los poderosos se llenan del vino de Juan Francisco Rosa, ese vino embriaga al sector más corrupto de la clase política, que se ha saltado las leyes necesarias para que Rosa haga sus negocios. Ahora la jueza del juzgado de instrucción número 2 de Arrecife obliga a desahuciar a la familia Medina, que estaba pendientes de un recurso ante la Audiencia Provincial. Pero para los pobres la justicia no tiene plazos ni recursos. Eso sólo vale para los ricos o los diputados que disfrutan de la inmunidad parlamentaria y gozan de una justicia de clase Business.

¿Dónde está el presunto consejero de Medioambiente del gobierno canario ante semejante atropello? Domingo Berriel se reunió con los dueños de los hoteles declarados ilegales en Lanzarote. Había sentencias firmes de altos tribunales, pero el consejero se comprometió a buscar una salida y evitar su derribo. ¿Por qué Berriel no se reúne con la familia de Santiago Medina? ¿Qué dice el nuevo presidente del cabildo de Lanzarote? ¿Sólo hay que proteger los hoteles ilegales? ¿Sólo hay que abrir la boca para que no tumben las urbanizaciones que se hicieron después de la Ley de Costas, sin licencias legales? ¿Sólo hay que proteger los intereses de Juan Francisco Rosa, que en junio de 2001 reconoció que había donado una propiedad suya a CC para que montara su sede en la capital conejera? En aquellos tiempos Juan Carlos Becerra era consejero de Turismo del Gobierno canario y líder de Coalición Canaria en Lanzarote.

Sería bueno que Domingo Berriel nos explique si la familia de Santiago Medina también forma parte de las especies endémicas que CC y el PP quieren descatalogar. Que nos cuente si el interés general de los negocios de un patrocinador de CC en Lanzarote debe primar sobre las modestas casas de una familia que lleva más de un siglo en Rubicón. Que hable Berriel, que hable el gobierno del cabildo conejero. Que nos cuenten a todos qué significa “gobernar para nuestra gente” en el caso del Berrugo. Hoy se va a cometer un crimen en Lanzarote. Las víctimas son la familia de don Gabino. Les ofrezco dos pistas importantes: los asesinos patrocinan campañas electorales, y los cómplices viajan en coches oficiales. ¡Qué asco!