jueves, 20 de mayo de 2010

Los sebadales y el Catálogo de las especies


Rafael González Morera

Con el atentado perpetrado por Coalición Canaria y el Partido Popular a las especies protegidas de Canarias, me ha venido a la memoria algunas secuencias de mis experiencias marineras en Las Canteras, y en otros lugares de Canarias. Me acuerdo cuando de niño cogía lombrices marinas en La Puntilla para ir a pescar con mis amigos del barrio, incluso en los fondos de la Barra y El Confital, y por esas calendas de mediados de los años 50 fue cuando empecé a trabar conocimiento con la flora y la fauna del mar, gracias fundamentalmente a amigos que se movían en el líquido elemento como peces en el agua, como José Domingo Morales, Pepe Ayala, Paulino Jorge, José Juan Cardoso, Hilario (Yayuco) Gómez del Rosario, y otros que harían la lista muy larga. Años más tarde he tenido la oportunidad de conocer el litoral de Canarias, gracias a amigos que tienen barcos de vela, cruceros en el argot de la vela, incluso el litoral de Granadilla y El Médano, en donde he margullado por sus fondos marinos, en donde hay una gran riqueza de los “juveniles” de muchas especies; salmonetes, viejas, besugos, chopas, cabrillas, pulpos, etc., que son además de gran importancia para las pesquerías artesanales de muchas zonas de Canarias, incluida las de Granadilla de Abona.

Pero a la mayoría de los políticos de la derecha canaria, esto es, a Coalición Canaria y al Partido Popular, les importa un pimiento la conservación de la fauna y la flora marina del Atlántico canario. Cristina Tavió, presidenta del PP de Tenerife, estaba ayer tirando voladores por todo Santa Cruz de Tenerife por la aprobación del nuevo Catálogo de Especies Protegidas, que en realidad es el catálogo de especies desprotegidas, y sebadales muertos. La presidenta del PP de Tenerife y vicepresidenta del Parlamento de Canarias, aseguró la mar de contenta que, tras aprobarse el Catálogo de Especies Protegidas, celebraban la buena noticia de que se va a reactivar la economía en un municipio tan importante del Sur de Tenerife como es Granadilla de Abona. Pan para hoy con más construcción, y hambre para mañana con más cemento. Está visto que El PP y CC van a hundir a Canarias entre cemento y construcciones varias.

La ignorante y peligrosa Cristina Tavío dijo sin anestesia que es una buena noticia que en Canarias haya una Ley que venga a determinar con mayor claridad lo que está en peligro de extinción y lo que no lo está para que nunca más se frene la actividad económica con la excusa de una especie que no está en extinción, afirmó exultante en los pasillos de la Cámara tras el debate y aprobación de la polémica Ley. Qué vergüenza. Y nada digamos de la alegría de Domingo Berriel, consejero de Medio Ambiente, en realidad de poco ambiente, que estaba también tirando voladores por el desbloqueo de Granadilla.

El diputado socialista Santiago Pérez aseguró de forma descriptiva en el Parlamento de Canarias que “los bulldozer están a punto de arrancar, las palas mecánicas están en marcha y quien tiene la llave de los bulldozer es el presidente de la Autoridad Portuaria”.

Toda la comunidad científica se ha manifestado contra el Catálogo de Especies Desprotegidas, pero Coalición Canaria y el Partido Popular están contra la ciencia, están contra la cordura y la sensatez, y ni siquiera han consultado a los científicos, a los técnicos, como una vez más le confirmaba David Bramwell a mi compañero Juan García Luján. Las dos Universidades Canarias, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, la Sociedad Española de Ornitología, la Asociación Herpetológica Española, el Colegio Oficial de Biólogos de Canarias, los técnicos del Servicio de Biodiversidad, etc., asociaciones que defienden la naturaleza como Ben Magec, y otras muchas, todas estas instituciones indican que esta iniciativa de CC y PP es el mayor de los atentados contra el conjunto de la biodiversidad de Canarias. Aquí nos vamos a quedar sin cebadales, sin lagartos, y hasta sin longorones, y está claro que ya no volveré a ver lombrices en La Puntilla, pero lo peor es que los atentados contra la naturaleza no tengan fin, y dentro de pocos años no vea un guelde tinerfeño o un longorón grancanario en nuestras costas. Está claro que en Canarias hay y muchos, muchos, tiburones especulativos, tiburones humanos auténticos depredadores.