viernes, 23 de julio de 2010

El Puerto de Granadilla


Es tal la confusión que se viene produciendo con la reanudación del impresentable Puerto de Granadilla, que he tenido que acudir al diccionario para intentar entender que se entiende por un puerto y dice así: “Un abrigo natural o artificial donde se resguardan las embarcaciones o permanecen ancladas sin riesgo". O sea, que no andaba muy desencaminado sobre su objeto y funciones, con lo que me he quitado un gran peso de encima, pues llegué a pensar que un puerto era una obra pública artística, algo así como un monumento simbólico, sin otro objeto que producir una imagen atractiva del lugar.

Pues no: un puerto es un lugar natural o artificial en el que los barcos se atracan para realizar operaciones de carga y descarga de los productos que transportan, para lo que deben estar acondicionados con el utillaje preciso para hacer eficaz y rápidas las operaciones que se desarrollen.

Ahora bien: todos los técnicos, marinos, ingenieros, especialistas y gentes de mar tienen el pleno convencimiento que el Puerto de Granadilla no va a servir para el fin que se entiende debe cumplir, a pesar de lo cual es vitoreado el inicio de las obras por una serie de personajes con intereses económicos muy fuertes en esa zona, a los que les preocupa muy poco si cuando esté acabado será utilizable o no, pues el negocio ya estará hecho para los que apoyan su construcción.

Por ello nos preguntamos: si con un informe DEMOLEDOR, sí, con mayúsculas, sobre la viabilidad del susodicho puerto aun así se construye, suponemos que alguien será responsable de semejante salvajada, pues es de suponer que el o los proyectos que se aprueben sobre su viabilidad deberán ser firmados por técnicos acreditados. Por ello, lo único que nos preguntamos es que si nuestras suposiciones son ciertas y el desastroso puerto se realiza, sabiendo que no va a ser eficaz, ¿quién responderá de semejante bodrio? ¿Quién será el responsable económico de una inversión publica que no va a servir absolutamente para nada? ¿Es que vamos a continuar como en la dictadura, en la que se ejecutaban obras desastrosas con solo el argumento de que lo mandaba la autoridad competente? Sabemos que hoy hay poderes muy soterrados que mueven las finanzas de estas maltratadas tierras, pero creíamos que cambiaría con un sistema democrático de gobierno, y va a resultar que somos unos pardillos, y aquí se sigue haciendo lo que unos cuantos capitostes de toda la vida deciden sobre nuestra economía, nuestra tierra y nuestro futuro. 

El Puerto de Granadilla será una genuina fotocopia del de Arinaga, del que si tenemos constancia de que no ha funcionado a lo largo de más de cinco años que lleva construido, a pesar de lo cual se iniciarán las obras en breve si nadie lo remedia. ¿Y las responsabilidades? En este caso no se puede alegar ignorancia o falta de referencias. Está bien claro. Pelotazo y punto.