jueves, 11 de marzo de 2010

´59 segundos´ y algo más si hace falta

Vía: www.laprovincia.es

Francisco Pomares
Sus señorías volvieron ayer a ocupar los viejos escaños retapizados, para encontrarse con micromicrófonos que suben y bajan

Para empezar, era día de reestreno: sus señorías volvían -después de ocho largos meses de obra y pelea infatigable contra los xilófagos- a instalar sus ilustres posaderas en los escaños de un remozado salón de plenos. En un ambiente de luz y brillores, reluciente y muy restregado, impregnado del olor persistente de pinturas y barnices, era inevitable soportar unas palabritas de Antonio Castro, feliz por el éxito de la reforma y la espartana convivencia de sus señorías y los andamios.

No en vano -ya se encargó don Antonio de recordarlo-, en otras ocasiones de embellecimiento parlamentario, se vieron forzados los diputados a celebrar sus plenos y saraos fuera del palacio de la Sociedad Musical Santa Cecilia, que el arquitecto Manuel Oraá construyó por encargo de Juan Padrón en las postrimerías del XIX. En 1886, tres años después de recibir el encargo, el ecléctico Oraá entregó el edificio a sus dueños, que lo inauguraron con un concierto, como era de recibo. Desde entonces, el viejo casón de la calle Teobaldo Power no ha dejado de ser historia de la muy noble, leal, invicta y todo eso ciudad de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. Castro pasó de puntillas sobre el asunto de la historia del inmueble, quizá para no tener que recordar que entre los muros de la que hoy es casa del pueblo soberano, se dictaron un centenar de sentencias de muerte por fusilamiento, en los años posteriores al inicio de la Guerra Civil. Hoy -por fortuna- sólo se dictan de vez en cuando algunos improperios malsonantes.
No fue el caso ayer: empezó el día suave y melodioso, con dos declaraciones, leídas por las secretarias de la Mesa. La primera, Marimar Julios, recitó una sentida declaración sobre los sucesos de Chile -terremoto y tsunami- y se guardó un minuto de silencio contado por cronómetro. Después le tocó la vez a la secretaria segunda, Paquita Luengo, que sorprendió al auditorio con una proclama en defensa de la comunidad bahá'í iraní, sometida a persecución religiosa en la Persia de los ayatolás.

Superado el asunto ecuménico, tocaba al presidente Rivero contestar: es frecuente que principien los plenos con las preguntas a Rivero, que suele responder con un par de monosílabos y se acaba pronto. En la primera pregunta -de lucimiento y realizada por su compañera Mari Mar Julios, sobre las gestiones presidenciales a cuenta de la segunda maleta- Rivero demostró que puede contestar en largo, y explicó en detalle todo el sistema de tarifas de Iberia con los equipajes. Las tarifas de siempre, las que quería imponer la compañía, y las que habrá gracias a su mediación, que resulta que son las de siempre más las que quería la compañía. Rivero explicó que "tenemos que tener en cuenta que se trata de empresas privadas", y Julios le dio las gracias por la explicación y acusó al PSOE y al PP de defender una cosa aquí y otra en Madrid, por haberse opuesto a una iniciativa de Coalición para declarar gratuita la segunda maleta, iniciativa presentada como enmienda nacionalista a la Ley de Seguridad Aérea. No explicó doña Mari Mar en qué contribuye a la Seguridad Aérea el que no se cobre la segunda maleta, pero tampoco hizo falta: a fin de cuentas las preguntas no se votan, y Rivero tenía prisa, como siempre.

Preguntó entonces Santiago Pérez, sobre la reducción de cargos directivos, consejos de administración y retribuciones en las empresas públicas, y contestó Rivero que esas y otras medidas se adoptaron en el Presupuesto 2010, aprobado el mes de diciembre. Como quiera que Santiago Pérez aprovechó su segunda intervención para decir que tal cosa era mentira, Rivero fue más explícito "hemos creado una comisión que está trabajando en ello", dijo, y añadió que su Gobierno es "el único de toda España que ha reducido el Presupuesto y se ha atrevido a congelar el sueldo de los funcionarios". Dijo eso don Paulino puesto de pié y doblando el espinazo, porque la instalación de micrófonos es aún provisional, y los que ayer se usaron "son 12 centímetros más cortos de lo conveniente". Eso lo aclaró Castro al pedir a Santiago Pérez que se agachara un poco, si quería ser escuchado. Pérez replicó ser "poco dado a las genuflexiones", pero se avino. Y sentenció Castro que "los futuros micrófonos estarán a la altura de las personas de talla de esta Cámara", lo que volvió a provocar risas? No fueron las únicas risas a cuenta de los micros, que ahora -además de pequeños- son retráctiles, y bajan automáticamente cuando concluyen los tiempos de intervención, como en '59 segundos'. Eso aligeró el debate lo suyo. Tanto que ya estamos en la tercera pregunta a Rivero, también del diputado Pérez, sobre los cambios que piensa hacer en el REF el Gobierno. Rivero se levantó parsimonioso y contestó escueto: "todo lo que sea necesario para crear empleo y ganar en competitividad". Y punto.

Luego se votó la vacante dejada por Miguel Cabrera en el Consejo Social de la Universidad de La Laguna. Renunció al puesto al dejar de ser portavoz, y el PP propuso a Manuel Fernández Vega, hijo del número dos del PP canario. Se abstuvieron todos los socialistas, y votaron a favor los de CC y el PP, menos Manuel Hernández, que no votó, y uno, que voto en contra. Luego se supo que ese uno no fue Miguel Cabrera, que tuvo la precaución de enseñarle lo que votaba a su compañero Juan Santana. Son como animalitos dignos de figurar en el Catálogo de Especies Protegidas. Que iba -el catálogo- de enmienda socialista a la totalidad: la alcaldesa de Artenara, Guacimara Medina, dijo que el catálogo "es un atentado contra la biodiversidad canaria" y "carece de rigor científico y técnico".

Pobrecita: José Miguel pelopincho González, completamente desatado -como la bestia de La Bella y la Bestia, pero sin príncipe debajo- cargó cual mastín mordedor contra doña Guacimara, haciéndola responsable de que "el Estado haya descatalogado a la mitad de las especies y las haya dejado fuera de combate". Estuvieron tirándose los sebadales a la cabeza un buen rato, y luego se votó y ganó el Gobierno por 31 votos en contra, uno menos. Y es que el alcalde Zerolo no fue ayer al pleno: pasó la mañana en su despacho, decidiendo si Ángel Llanos es especie protegida o no.