JESÚS MONTESDEOCA para La Provincia Confidencial.
Ahora resulta que construir un hotel de forma ilegal puede acabar siendo un asunto de "interés general". Y no uno, sino un total de 22 "intereses generales", que son los establecimientos turísticos de Lanzarote que el Gobierno de Canarias quiere salvar de la piqueta. Eso es lo que ha venido a decir el consejero autonómico de Medio Ambiente, Domingo Berriel, que ya levanta sospechas hasta entre sus propios compañeros de Coalición Canaria.
El nacionalista herreño Tomás Padrón se ha escandalizado de que el responsable de Medio Ambiente plantee sustituir las fincas de plataneras por campos de golf. Luego Berriel ha dicho que sus palabras se sacaron de contexto, no sé si les suena la disculpa. En el caso de Lanzarote, quizá lo de menos es que se derriben o se mantengan en pie los hoteles ilegales. Lo peor es el mensaje que está lanzando la persona que supuestamente tiene que hacer cumplir las normas de medio ambiente y la disciplina urbanística.
Y lo que les dice Berriel a todos los ciudadanos del Archipiélago, sobre todo a los tiburones del sector turístico, es que no se preocupen por la legalidad de sus actuaciones, que si surge algún problema con la Justicia ya se encargará el Gobierno de aprobar una nueva ley para sacarlos del aprieto.
Desde los años ochenta, casi desde el comienzo de la autonomía, se ha intentado concienciar a la población isleña de que hay que respetar el urbanismo y los espacios naturales protegidos, que no se debe construir donde a uno le dé la gana. En 1992, el Gobierno regional presidido por Jerónimo Saavedra, con el nacionalista Manuel Hermoso como segundo de a bordo, se atrevió a predicar con el ejemplo y derribó con gran parafernalia mediática el chalé de un conocido ex político y empresario, Manuel Barreto, construido de forma ilegal en el paisaje protegido de Bandama.
Se intentó demostrar con aquella acción que los ricos y poderosos también deben cumplir las normas. Desde entonces se han derribado otras construcciones ilegales, las más sangrantes, y muchos isleños han perdido sus viviendas junto al mar bajo la piqueta de Costas. Da pena, es verdad, pero la ley es para todos.
De hecho, hace sólo un mes se tiró una casita marinera que estaba justamente en medio de todos los hoteles ilegales de Yaiza. Y en esto que viene Berriel a decirnos lo del "interés general". ¿General?